Visible desde el alojamiento se encuentra la población de Sabayés, un bonito pueblo en lo alto de una colina a los pies de la sierra el que podemos encontrar mucho elementos interesantes como sus famosas bodegas abandonadas, la iglesia parroquial de San Andrés con una imponente torre campanario vestigio de una antigua fortaleza de montaña, restos de un castillo de época iberorromana y posteriormente reconstruido por Pedro I, casas de sillarejo de familias nobles de otra época cubiertas con lajas de piedra, otras con arcos de medio punto como dovelaje de entrada, muy características del siglo XVIII. Para llegar hasta el pueblo siempre recomendamos el paseo que parte del Espacio Salto de Roldán por el camino de olivos hacia el cementerio y cogiendo el primer camino a la derecha que nos lleva a la fuente de los huertos que todavía conserva sus dos caños, el abrevadero, el lavadero y la antigua balsa que todavía hoy abastece de agua los pocos huertos que quedan. Desde allí podemos continuar camino arriba hasta Sabayés.
Visita obligada e inexcusable para todo aquel que se aloje en este territorio. Se trata de un espacio natural protegido compuesto por dos enormes moles rocosas de más de 300m, la Peña San Miguel y la Peña Amán, separadas por el río Flumen. El Salto de Roldán, cuyo nombre proviene de la mítica leyenda en la que el caballero Roldán saltaba de una roca a otra con su caballo mientras huía de sus atacantes, es un espacio natural con una enorme importancia histórica y una gran riqueza patrimonial, natural y paisajística. Las vistas desde allí son inmejorables abarcando una gran cantidad de territorio y pudiendo ver de cerca a los buitres que en ocasiones vuelan por debajo de nosotros. Para los más aventureros existe una pequeña excursión con vía ferrata incluida que nos lleva a lo alto de la roca donde encontramos los restos de una antigua fortaleza musulmana del SVIII. También desde el mismo parking salen varias excursiones que nos conducen a diferentes puntos de interés.
También popularmente llamada Santolarieta está situada a 1060m de altura y es la población más alta de la Comarca de la Hoya de Huesca. Destaca por sus maravillosas vistas y su caserío amoldado a la irregularidad del terreno. Al pasear por sus calles parece que viajemos 200 años en el tiempo ya que su arquitectura poco ha cambiado desde entonces. Puertas antiguas, calles estrechas, escudos tallados en piedra y viejos pasos ganaderos hacen de este pueblo uno de los más auténticos de la zona. Desde Santolarieta parten varias excursiones muy interesantes como aquella que nos lleva hasta el Salto de Roldán u otra que nos conduce a hasta un abrigo rupestre y pozos de nieve. Cabe mencionar su cementerio, en el que destaca el crismón románico de la puerta y una maravillosa cruz de piedra tallada.
Población rural perteneciente al municipio de Huesca está muy cerca de Sabayés y podemos llegar hasta ella tanto en coche como en bici o andando. Esta pequeña localidad está llena de encanto por la disposición de su resultón callejero y por algunos elementos de gran interés, como su parroquial, que data de finales del siglo XII o principios del XIII. Templo dedicado a San Félix, destaca por su peculiar portada: seis arquivoltas, la más exterior con decoración en zigzag, apean en sendos capiteles de decoración geométrica. También es muy interesante su plaza mayor, reconstruida tras la guerra civil y su lavadero reciente restaurado.
Cerca también de Santa Eulalia de la Peña en dirección norte encontramos varios pozos de nieve. Un pozo de hielo o nieve es una construcción cuya finalidad era la de almacenar el hielo y la nieve del invierno para su conservación y uso durante los meses del verano. El nevero tiene forma cilíndrica y está construido en mampostería aparejada en seco.
Lienas es uno de los pueblos deshabitados de la comarca, se puede llegar a pie desde Apiés. Antés de entrar en el pueblo destaca la fuente tallada en roca arenisca con abrevadero para los animales. Una vez en el pueblo debemos tener cuidado con los derrumbes de las casas abandonadas allá por los años 60. Podemos andar por sus calles ya cubiertas de vegetación, ver la arquitectura de las pocas casas que todavía siguen en pie y visitar la antigua iglesia restaurada tras la guerra civil pero que ya nunca llegó a usarse.
Una de las ermitas más curiosas de la zona, enclavada en lo alto de la montaña y al abrigo del Castillo de Ordás esta ermita tiene sus orígenes en el siglo XII pero ha tenido varias fases constructivas por lo que hoy podemos encontrar diferentes estilos como su portada románico o arcos apuntados claramente góticos. Adosado a la misma encontramos una edificación que hace función de refugio de montaña. También cerca de la ermita está el pozo de nieve de Ordás. Se dice que esta ermita perteneció a la población de Ordás ya desaparecida.
Situado en un pequeño collado del valle del Flumen el dolmen de Belsué es un monumento megalítico que hace referencia a todas las manifestaciones constructivas de carácter sepulcral o monumental funerario del Neolítico. El dolmen tiene dimensiones de 1,75 m de longitud y 1,40 m de anchura aproximadamente, su construcción está orientada hacia el sureste. Durante muchos años sirvió a los pastores de la época para guardar leña sin que se mojase.
Espectacular presa de piedra de principio de SXX que construyó con la finalidad de retener las aguas de río Flumen pero que nunca consiguió este propósito ya que hubo muchas filtraciones debido a la geología del terreno de origen calizo y llena de cuevas y conductos. En las inmediaciones de la presa podemos encontrar el antiguo poblado que se construyó para la ejecución de este proyecto, la casa del ingeniero, hoy convertido en refugio de montaña, restos de vías y railes con los que transportaban el material y un paisaje abrupto y rocoso con cuevas y acantilados.
Partiendo de la antes citada presa de Belsué están esta serie de túneles que componen un paseo maravilloso con el río Flumen a la izquierda y los imponentes acantiladados de Cienfuens a la derecha. Estos túneles se hicieron para construir la presa de Cienfuens, justo debajo de la presa de Belsué y unos años más moderna. Su objetivo era hacer de tapón hidráulico con el fin de aplacar las filtraciones que se producían en el anterior pantano.
Espectacular barranco del río Flumen encajado entre las dos majestuosas peñas del Salto de Roldán. El descenso deportivo de este cañón sólo está recomendada para expertos por su dificultad técnica debido al fuerte caudal que suele llevar, pero se puede visitar tanto el comienzo del mismo como la salida de sus gargantas en cara norte y cara sur respectivamente. La bajada al río por ambas lados se puede hacer desde el parking del Salto de Roldán y una vez en el cauce tendremos pozas donde bañarnos.
Es el pico más cercano al alojamiento, con sus 1374 metros de altura es unos de los picos con mejores vistas de la sierra. Su ascenso no es complicado y se puede partir desde tres puntos distintos. Desde Sabayés es la subida más potente y no la recomendamos en verano ya que casi todo el recorrido es por cara sur sin apenas bosque. Desde Santa Eulalia de la Peña es una subida muy bonita que pasa por distintos puntos de interés como pinturas rupestres o pozos de nieve. También existe una pista para subir en todoterreno que nos deja justo debajo del pico, junto a un observatorio de aves, quedando sólo los últimos 200m de desnivel de ascenso.